miércoles, 16 de septiembre de 2020

ALGO ESTABA A PUNTO DE CAMBIAR

 



Nos adentramos en los 80 con la permanente sensación de que atrás dejábamos una época gris y sórdida. Las canciones extranjeras, las series de televisión, las películas y los cómics nos ayudaron en ese proceso de despresurización y abrieron nuestra mente a nuevas formas, colores y tendencias.


Habían pasado muy pocos años desde nuestro final de curso en el colegio y aún no sabíamos lo que haríamos con nuestras vidas. Todavía era pronto y apenas acabábamos de romper el cascarón. Pero de algo estábamos convencidos: nuestros primeros recuerdos, para bien o para mal, nos acompañarían siempre. 

Todavía hoy parece increíble que sobreviviéramos a los ratos de patio, los columpios oxidados, el campo de fútbol de tierra, beber de una manguera o la certera zapatilla de nuestra madre.

Por algún extraño motivo, hasta los 18, el tiempo transcurría mucho más despacio y esto nos daba la oportunidad de saborear alguno de aquellos momentos estelares. Nuestro primer beso, el primer coche, o el primer trabajo.


No podemos llegar a la conclusión de que cualquier tiempo pasado fue mejor  aunque con los 80, haría una excepción.

sábado, 18 de abril de 2020

LAS COSAS QUE NO NOS DIJIMOS




Marc Levy es el autor más leído en Francia. En 2008 escribió su octavo libro “Las cosas que no nos dijimos” editorial Planeta 2009 y pronto es traducido a más de cuarenta idiomas. La obra de Levy fue adaptada a guión cinematográfico almenos en tres ocasiones.

En la biografía de sus comienzos, Levy es un socorrista de la Cruz Roja que ama la literatura y que poco después crea su propia empresa especializada en imagen digital y nueve años después regresa a París para abrir un despacho de arquitectura. Fue en ese momento cuando decide escribir una narración para su hijo. Ese primer contacto con la página en blanco fue el detonante y en el año 2000 publica su primer libro con un resultado fulminante, convirtiéndose en un bestseller que le catapultaría al oficio de escritor.

En “Las cosas que no nos dijimos” Levy explora eso que algunos han llamado hasta la saciedad:”falta de comunicación”.

"Cuatro días antes de su boda, Julia recibe una llamada del secretario personal de Anthony Walsh. Walsh es un brillante hombre de negocios, pero siempre ha sido para Julia un padre ausente, y ahora lleva más de un año sin verle. Como julia imaginaba, no podrá asistir a la boda. Pero esta vez tiene una excusa incontestable: ha muerto.Al día siguiente del entierro, Julia recibe un extraño paquete y descubre que su padre le ha reservado una última sorpresa. Gracias a ella, Julia se embarcará en el viaje más extraordinario de su vida. Un viaje que le llevará a descubrir un pasado inesperado y le permitirá conocer a ese hombre que fue su padre, con el que habían quedado tantas cosas por decirse".

jueves, 16 de abril de 2020

EL NIÑO QUE FUIMOS





¿Tienen los escritores alguna noción o algún recuerdo real de lo que es un niño? Yo lo tengo, y lo he reforzado durante cuarenta y cinco años de dar clases a niños. Un niño es un hombre en miniatura, y aunque a veces pueda mostrar una notable virtud así como características que puedan resultar encantadoras por lo ingenuo, también es intrigante, egoísta, traidor…, sinvergüenza y villano; en pocas palabras: un hombre.

“El Quinto en Discordia"
Robertson Davies 

Las palabras del autor de la Trilogía de Deptford indaga en lo que fue su infancia y mucho tiempo después, su vida como docente y por lo tanto, de nuevo en contacto con niños. Los niños pueden ser unos encantadores tiranos, dulces egoístas y un gran cumulo de contradicciones.

Si nosotros fuimos así, quizá ya no lo recordamos, pero lo que no hemos olvidado es que la nuestra, fue una época con la capacidad de disfrutar de la vida y ser felices con muy poco; un puñado de canicas, cuatro cromos de fútbol y mucho ingenio para disfrutar de nuevos retos y aventuras que no costasen dinero.

No podemos concluir que “cualquier tiempo pasado fue mejor", porque cada etapa de la vida tiene sus propias características. Sin embargo sin enfermarnos de nostalgia, lo cierto es que muchas cosas que vivimos entonces, hoy serían impensables: montar en bicicleta sin casco, beber de una manguera, pasar toda la tarde en la calle, jugar con el mercurio de un termómetro, asomar la cabeza en un tren en marcha, lanzar piedras con un tirachinas…, aquellos pequeños delincuentes son hoy adultos muy respetados que reprenden a sus hijos como si hubieran olvidado todo lo que hemos descrito.
Publicaba recientemente Catherine L'Ecuyer en su columna de La Vanguardia:

"En cada una de esas deliciosas cabezas, decía Chesterton refiriéndose a los niños, hay un universo recién estrenado como lo fue el séptimo día de la creación. Así ven el mundo los ojos asombrados de nuestros pequeños, porque “no dan nada por supuesto”. Los ­niños no creen ni dejan de creer en los milagros, porque para ellos todo es un milagro"

Si lo pensamos bien todo fue un milagro, que sobreviviéramos a nuestra infancia y que tantas veces, como hoy, hayamos acudido a ella.

El dramaturgo británico Tom Stoppard, guionista de la película “Shakespeare in love” decía: “Si llevas tu infancia contigo, nunca envejecerás" y con esto sencillamente hacía referencia al niño que fuimos y que siempre ha estado dentro de nosotros.

viernes, 10 de abril de 2020

EL ALIENTO DE LOS RECUERDOS




En días como el de hoy, pienso en que el tiempo transcurre a tal velocidad que muchas veces es difícil de percibirlo en toda su dimensión, y mucho menos de aceptar que hayamos llegado hasta aquí durante un breve chasquido de dedos. Si cierro los ojos, puedo oler los lápices, cromos y libretas de mi infancia, oír las voces en el patio del colegio y recrear la canción de mi serie favorita del sábado por la tarde. Aquellas series de entonces. 
A pesar de la distancia, todas esas sensaciones continúan vivas en mi memoria. Porque no recuerdo lo que comí ayer, pero sí soy capaz de reconstruir un día de colegio de hace más de 40 años. Son, en definitiva, el aliento, o como diría Bod Dylan la respuesta que arrastra el viento. Uno que sopla sutilmente entre el ayer y el mañana dejándome los pulmones henchidos de nostalgia.

La verdad es que a pesar de los errores y oportunidades con las que a veces nos obsequia la vida, lo cierto es que todos tenemos las mismas horas cada día para cambiar lo que no funcione. Para encontrar la pieza que falta en el gran puzzle de la existencia.




Durante el temido COVID-19, que mantuvo confinados a millones de ciudadanos de todo el mundo, muy pocos aprovecharon ese momento para leer, solo un 30/32%, y mucho menos para escribir o realizar tareas creativas. Ahora tenían todo el tiempo del mundo, pero no las motivaciones adecuadas.

Leí un artículo reciente en la Vanguardia en el que se definía la carencia de tiempo como una nueva forma de pobreza. Podría decirse que si no aprendemos a gestionar mejor nuestra vida, estaremos inevitablemente empobreciéndonos en todos los sentidos en los que una persona puede llegar a la precariedad; intelectual, económica, afectiva… El tiempo es todavía hoy un apreciado recurso difícil de retener o conservar, para algunos visionarios, la moneda del futuro. 

Mientras tanto, todos nosotros haríamos bien en no perder demasiado tiempo ni permitir que otros nos lo arrebaten y que este se malgaste. Como muestra el documental: “Ladrones de tiempo”, [Time Thieves. Festival Docs Barcelona] realizado y dirigido por Cosima Dannoritzer, son muchos los factores que intervienen en la pérdida de tiempo. Probablemente uno de los más relevantes es pasar muchas horas delante del televisor de manera descontrolada.


Encuentro la televisión muy educativa.Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro”
Groucho Marx

jueves, 9 de abril de 2020

DIAMANTES Y HERRUMBRE



En el top de las 50 canciones más populares de los años 70, aparecen temas tan legendarios como “Let it be”. Beatles (1970) o “Stairway to heaven”. Led Zeppelin. (1971). Al repasar la selección publicada por El Megatop, me he permitido escoger una de ellas. Una melodía que ni siquiera ocupa el primer lugar, pero que para alguno de nosotros podría tener un hondo significado. Se trata de “Diamonds & Rust”.  Escrita e interpretada por Joan Báez desde 1975. Existe otra versión o precuela en el repertorio de Judas Priest. Pero el original siempre fue de Báez.
Esta es una canción de aquellas que calan hondo, simplemente acompañada por los acordes de una guitarra. Una letra que recoge la esencia de los desencuentros y las decepciones sufridas durante la arrolladora intensidad del amor.
“Diamonds & Rust”Diamantes y herrumbre nos muestra las eternas contradicciones, las dos caras que siempre nos han acompañado durante nuestras vidas, la brillante y bonita y la oscura y amarga. La espina de las rosas y la soledad entre multitudes.


La carrera profesional de Báez siempre fue un compromiso con sus ideas, con su agudo sentido de la justicia y la libertad, gracias a ella existen hoy organismos tan reputados como Amnistía Internacional o el Instituto para el Estudio de la No Violencia. En sus conciertos se incluyeron muchas canciones con temas claramente reivindicativos, letras a través de las cuales protestar contra las guerras, como la de Vietnam, y la ambición sin escrúpulos de algunos dirigentes políticos. 

lunes, 6 de abril de 2020

EL PILOTO DEL MESSERSCHMITT



¿Os acordáis que de camino a la playa, a través de la carretera de la aviación y frente a la verja de las pistas de aterrizaje había un huerto con una tumba? ¿Quién podía estar enterrado en aquel campo que había sido de arroz y alcachofas?
Esta historia está ambientada en aquel suceso. 

En la colección de relatos breves “Frases que hacen Nidos” se incluye una narración sobre el origen y etimología de “El Remolar” y describe un accidente aéreo que se produjo hace más de ochenta años.

En la siguiente publicación se han seleccionado los fragmentos más reveladores.



Capítulo I
Humedales del Remolar



            “Desde muy temprano, los campos habían estado cubiertos por una niebla blanquecina, el suelo escarchado crujía y se agrietaba iluminado por los primeros rayos de un sol que tímido y perezoso anhelaba el aliento de los humedales. El agua del Remolar, agitada por los ánades, describía amplios círculos entre la bruma. Un poco más adelante, bajo los cañizos y cortaderas, se hallaba el cenagoso cobijo de las ranas.
 A lo lejos un perro ladraba porque había oído el carro del portugués en dirección a La Volatería. Las ruedas se hundían sobre el fango en el paso de la albufera y el portugués azuzaba al animal para que redoblara su esfuerzo de arrastre. El animal resopló avivando la suspicacia del podenco, los perros no cesaba de ladrar en la lejanía. Una asustadiza bandada de Francolins remontó el vuelo hasta la pineda y sin otro sonido ni otra luz, el carro se detuvo a las puertas de la masía.


sábado, 21 de marzo de 2020

UN DÍA EN EL PRAT



Al pasear pasear por las calles y parques de El Prat, es difícil no tropezar con alguno de nuestros viejos recuerdos, es cierto que el progreso y el crecimiento de la ciudad son necesarios, pero en ocasiones desdibuja inevitablemente su propio encanto.

Centro ARTESANO
El Artesano. Imágen de 2003
El Centro ARTESANO había sido una de las salas de cine de El Prat. En los últimos años a sufrido la erosión del tiempo y la amenaza de nuevos trazados urbanísticos que casi lo hacen desaparecer.

Avd. Verge de Montserrat
Avenida Montserrat. Imagen de 2003


INFANCIA EN LA ESCUELA


 La infancia fue la época de los comienzos, de las primeras experiencias, de las alegrías, tristezas y emociones de la preadolescencia. Es curioso que el origen de la palabra adolescencia provenga del verbo adolecer y su relación con las cosas de las que carecemos o adolecemos. Por supuesto, en aquel momento carecíamos de experiencia, de sentido común y muchas veces nos comportábamos como verdaderos trogloditas, pero en cambio éramos capaces de respetar a las personas mayores, de superar nuestros miedos, de enfrentarnos unos a otros y quedar como amigos. Jugábamos con la tierra, con fuego, con hierros oxidados, bebíamos de la manguera, teníamos más heridas y chichones que los soldados de Vietnam, no íbamos al psicólogo ni al logopeda y a pesar de todo sobrevivimos.


Nosotros no lo sabíamos, pero a medida que pasaban los días, se iba formando nuestro carácter y muchas cosas que vivimos entonces, nos acompañaron el resto de nuestra vida. A pesar del tiempo que ha transcurrido, algunos recuerdos se han hecho imborrables y se han adherido al tejido de nuestra memoria.

           Durante un período de ocho años, asistimos al Colegio de La Seda, en El Prat de Llobregat y finalizamos la Educación General Básica en 1978. Esta fue una etapa decisiva en la que compartimos muchas experiencias  vitales con otros niños como nosotros. Hoy esos niños tienen más de cincuenta años y parece que lo único que ha pasado es tiempo.
Este blog nació como un intento de volver a reunirnos, de compartir entrañables recuerdos y de cuidar los detalles sobre nuestra historia. ¿Qué supuso para nosotros vivir esa experiencia? ¿Qué cambiaríamos si pudiéramos regresar?

Se define como un legado cultural el conjunto de valores, recuerdos, o testimonios que transmitimos a las siguientes generaciones, lo que vivimos a principios de los setenta podría ser hoy ese legado.

                 Deseamos que este blog sea una herramienta de participación en la que podemos interactuar con nuestros comentarios, archivos, fotografías y elementos de una época tan auténtica y real como la actual. Lamentablemente algunos profesores y alumnos no nos acompañarán en este viaje, que este BLOG sirva también como homenaje para todos ellos.


REGRESO AL COLEGIO




ENTREVISTA al director del Colegio La SEDA


          En el año 1978 salimos del colegio con la quebradiza esperanza de que pronto encontraríamos trabajo y seríamos unos adultos de provecho. Atrás quedaba la pregunta sobre qué queríamos ser de mayores, para dar paso a una nueva realidad, el empleo escaseaba y para acceder a cualquier oferta laboral había que estar muy preparados. Fue en ese momento en que apareció una nueva fórmula, la Formación Profesional, en ocasiones menos costosa y larga que una carrera universitaria. En cualquier caso, la mayoría de nosotros optamos lo antes posible al primer empleo. 

Lanzando una mirada retrospectiva a nuestra dilatada vida laboral, seguramente que no siempre tuvimos elección o la oportunidad de realizar las tareas para las que nos sentíamos más preparados o que encajaban mejor en nuestras aptitudes y habilidades. ¿Qué habría pasado si hubiésemos tenido la vocación de ser educadores o profesores de escuela? 

           Con motivo del 60 aniversario de la escuela, hoy nos hemos reunido con José Manuel Fernández ex alumno del Colegio La SEDA y actual director de la escuela. José Manuel es por lo tanto un alumno que nunca dejó el colegio. José Manuel asistió como alumno del Colegio La SEDA desde 1968 hasta 1973, de manera que en algún momento compartimos la hora del patio. 

¿Cuáles son tus mejores recuerdos de aquella época? 

JOSE MANUEL: Aunque hoy en día los recuerdos de aquellos años se me antojan un tanto vagos e imprecisos, no puedo olvidar las manualidades que realizábamos entonces. Nada que ver con los ejercicios de Plástica de los libros de hoy en día. Eran verdaderas obras de arte: estaño, marquetería, arcilla, pirograbado... Ignoro de dónde sacábamos el tiempo para ello, pero era increíble. 


Alumnos 1959-60

¿Cómo nació en ti la voluntad de estudiar para ejercer como maestro? 

JOSE MANUEL: Mis pinitos como maestro comenzaron en casa, con 12 o 13 años, con mis hermanos. Asimismo, les di clases en el hospital a otros niños cuando estuve varios meses ingresado con 12 años por una operación. En BUP y en Magisterio también di clases particulares a algunos compañeros de clase. Supongo que ya me inclinaba por ese oficio. 

¿En qué momento surgió la posibilidad de regresar al colegio? 

JOSE MANUEL: Fue casual (o causal, según algunos). Comencé a trabajar en 1982 en Igualada y, como no tenía vehículo, quedaba con otro compañero en la Avda. Diagonal cada lunes para ir hacia allí. Un día me encontré con mi antiguo profesor en La Seda, el Sr, Quílez, al que le expliqué mi situación laboral. A finales del curso 1982-83 recibí una llamada de La Seda para valorar mi interés por entrar como profesor en el colegio. Acepté sin dudarlo: mi antigua escuela, mis ex profesores, la ciudad donde vivía... 


¿Qué cambios ha vivido el colegio en los últimos años? 

JOSE MANUEL: Diría que los más significativos son dos: la entrada de alumnas en el centro en 1981 y la ampliación del colegio para adaptarnos a la LOGSE, por la cual somos un centro que abarca Educación Infantil, Educación Primaria y Educación Secundaria. Este último supuso la transformación de la planta superior, donde vivía el conserje y su familia, en aulas. Asimismo se añadieron espacios nuevos, como una biblioteca.

viernes, 20 de marzo de 2020

NO TENÍAMOS WHATSAPP



Este grupo tiene la misma antigüedad que todos nosotros, no existía WhatsApp, ni Wifi ni Instagram pero éramos felices con cosas increíblemente sencillas como un sobre MontaPlex de 5 pesetas. 
Es difícil mantener una relación de amistad durante tantos años, seguramente que todos nosotros tenemos diferentes opiniones sobre la vida, algunas de ellas incluso encontradas, pero si hemos llegado hasta aquí no ha sido por escarbar en nuestras diferencias, sino por compartir lo que nos une. En este caso nuestro pasado durante ocho años de nuestra vida. 



domingo, 15 de marzo de 2020

SCOOBY-DOO Y NUESTROS MIEDOS INFANTILES




El mundo de la infancia se asocia muchas veces a nuestros primeros miedos, algunos llegaron espontáneamente como el miedo a la oscuridad, a los monstruos y fantasmas, pero otros fueron inducidos: “no hables con extraños" “no aceptes caramelos” “cuidado con el hombre del saco” “no subas, no saltes, no corras, no te alejes"… Los psicólogos modernos han escrito innumerables ensayos sobre lo que se conoce hoy como “la gestión del miedo", un estudio que inició el propio Sigmund Freud y que en muchos casos ha dado buenos resultados. En nuestra época no disponíamos de tanta información para resolver nuestros temores y entonces llegó Scooby-Do. 
Se trataba de un perro atolondrado y asustadizo que nos ayudó a reírnos de nuestros propios miedos y a verlos como divertidas ocasiones para dejar volar toda nuestra imaginación. 

En una entrevista de hace unos años, el director ejecutivo David Kleeman dijo: «En general, Scooby-Doo no solo es un programa diseñado para estimular las emociones y tensiones de los niños, sino que también crea suficientes risas como para hacerlo divertido sin preocuparlos o darles pesadillas». La longevidad y éxito de la serie se atribuye después de más de 40 años a la mezcla de tres géneros: la comedia, la aventura y el terror. 



sábado, 15 de febrero de 2020

TARDE DE CINE Y PALOMITAS 


En diciembre de 1975 llegó a nuestras pantallas la aclamada película Tiburón, de Steven Spielberg y banda sonora a cargo del mítico compositor John Williams. Una sobrecogedora historia sobre cómo la tranquila vida de un pueblo de costa se ve amenazada por la presencia de un enorme tiburón hambriento y solitario.  
En aquella época lo que más nos gustaba de la playa, a partes de los helados y los castillos de arena, eran los baños hasta casi arrugarnos como ciruelas pasas. Sin embargo había un inconveniente, que no eran precisamente los tiburones, sino algo peor, "hacer la digestión" después de comer, una precaución que con el tiempo se ha demostrado necesaria. Mientras nuestros padres disfrutaban de una plácida siesta, nosotros no veíamos el momento de volver al agua. 


EL JOVENCITO FRANKENSTEIN



En el año 1974 se estrenaba la película: “El Jovencito Frankenstein" una adaptación a cargo de Mel Brooks del clásico de terror de Mary Shelley
Los años setenta fue muy prolífico en producciones de comedias, Brooks consiguió reescribir la historia con estilo especial de Shelle que la convirtió en una entrañable película dentro del imaginario adolescente de nuestra época. Los diálogos, la forma en ocasiones grotesca y al mismo tiempo divertida de plantear las secuencias nos ayudaron a ver el oscuro relato con otros ojos.
Young Frankenstein, El Jovencito Frankenstein aparecía en el puesto 28 de la lista de las 50 películas de todos los tiempos de la revista Total Magazine, en el número 56 de las «100 películas más divertidas» de la cadena Bravo y en el número 13 de las 100 películas estadounidenses más divertidas de todos los tiempos según American Film Institute. 

La institución americana Comité Nacional de Preservación de Películas la seleccionó para su conservación en National Film Registry de la biblioteca del Congreso de Estados Unidos.
Un año después de su estreno en la gran pantalla, en 1975 la película recibió dos Oscar: Premio al mejor sonido y Premio al mejor guion adaptado. En este mismo año recibió dos globos de oro, el primero a la mejor actriz de musical o comedia y a la mejor actriz de reparto.
“- En momentos como este, siempre me acuerdo de lo que mi padre me decía. 
- ¿Ah si? ¿Y qué te decía?  
- ¿Qué haces tanto tiempo en el baño?”
De entre todos y protagonistas seguramente destaca en nuestra memoria el mayordomo jorobado de mirada dispersa Igor a cargo del actor británico Marty Feldman. Un personaje que le da cohesión a todo el desarrollo de la película con multitud de inolvidables  gags que todavía hoy nos producen una amplia sonrisa.


Desde el lunes 23 de marzo de 2020, nuestro Blog pertenece al grupo de amigos de Cine Capri. De El Prat de Llobregat.


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