viernes, 10 de abril de 2020

EL ALIENTO DE LOS RECUERDOS




En días como el de hoy, pienso en que el tiempo transcurre a tal velocidad que muchas veces es difícil de percibirlo en toda su dimensión, y mucho menos de aceptar que hayamos llegado hasta aquí durante un breve chasquido de dedos. Si cierro los ojos, puedo oler los lápices, cromos y libretas de mi infancia, oír las voces en el patio del colegio y recrear la canción de mi serie favorita del sábado por la tarde. Aquellas series de entonces. 
A pesar de la distancia, todas esas sensaciones continúan vivas en mi memoria. Porque no recuerdo lo que comí ayer, pero sí soy capaz de reconstruir un día de colegio de hace más de 40 años. Son, en definitiva, el aliento, o como diría Bod Dylan la respuesta que arrastra el viento. Uno que sopla sutilmente entre el ayer y el mañana dejándome los pulmones henchidos de nostalgia.

La verdad es que a pesar de los errores y oportunidades con las que a veces nos obsequia la vida, lo cierto es que todos tenemos las mismas horas cada día para cambiar lo que no funcione. Para encontrar la pieza que falta en el gran puzzle de la existencia.




Durante el temido COVID-19, que mantuvo confinados a millones de ciudadanos de todo el mundo, muy pocos aprovecharon ese momento para leer, solo un 30/32%, y mucho menos para escribir o realizar tareas creativas. Ahora tenían todo el tiempo del mundo, pero no las motivaciones adecuadas.

Leí un artículo reciente en la Vanguardia en el que se definía la carencia de tiempo como una nueva forma de pobreza. Podría decirse que si no aprendemos a gestionar mejor nuestra vida, estaremos inevitablemente empobreciéndonos en todos los sentidos en los que una persona puede llegar a la precariedad; intelectual, económica, afectiva… El tiempo es todavía hoy un apreciado recurso difícil de retener o conservar, para algunos visionarios, la moneda del futuro. 

Mientras tanto, todos nosotros haríamos bien en no perder demasiado tiempo ni permitir que otros nos lo arrebaten y que este se malgaste. Como muestra el documental: “Ladrones de tiempo”, [Time Thieves. Festival Docs Barcelona] realizado y dirigido por Cosima Dannoritzer, son muchos los factores que intervienen en la pérdida de tiempo. Probablemente uno de los más relevantes es pasar muchas horas delante del televisor de manera descontrolada.


Encuentro la televisión muy educativa.Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro”
Groucho Marx

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