Mostrando entradas con la etiqueta PRIMEROS RECUERDOS. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta PRIMEROS RECUERDOS. Mostrar todas las entradas

jueves, 16 de abril de 2020

EL NIÑO QUE FUIMOS





¿Tienen los escritores alguna noción o algún recuerdo real de lo que es un niño? Yo lo tengo, y lo he reforzado durante cuarenta y cinco años de dar clases a niños. Un niño es un hombre en miniatura, y aunque a veces pueda mostrar una notable virtud así como características que puedan resultar encantadoras por lo ingenuo, también es intrigante, egoísta, traidor…, sinvergüenza y villano; en pocas palabras: un hombre.

“El Quinto en Discordia"
Robertson Davies 

Las palabras del autor de la Trilogía de Deptford indaga en lo que fue su infancia y mucho tiempo después, su vida como docente y por lo tanto, de nuevo en contacto con niños. Los niños pueden ser unos encantadores tiranos, dulces egoístas y un gran cumulo de contradicciones.

Si nosotros fuimos así, quizá ya no lo recordamos, pero lo que no hemos olvidado es que la nuestra, fue una época con la capacidad de disfrutar de la vida y ser felices con muy poco; un puñado de canicas, cuatro cromos de fútbol y mucho ingenio para disfrutar de nuevos retos y aventuras que no costasen dinero.

No podemos concluir que “cualquier tiempo pasado fue mejor", porque cada etapa de la vida tiene sus propias características. Sin embargo sin enfermarnos de nostalgia, lo cierto es que muchas cosas que vivimos entonces, hoy serían impensables: montar en bicicleta sin casco, beber de una manguera, pasar toda la tarde en la calle, jugar con el mercurio de un termómetro, asomar la cabeza en un tren en marcha, lanzar piedras con un tirachinas…, aquellos pequeños delincuentes son hoy adultos muy respetados que reprenden a sus hijos como si hubieran olvidado todo lo que hemos descrito.
Publicaba recientemente Catherine L'Ecuyer en su columna de La Vanguardia:

"En cada una de esas deliciosas cabezas, decía Chesterton refiriéndose a los niños, hay un universo recién estrenado como lo fue el séptimo día de la creación. Así ven el mundo los ojos asombrados de nuestros pequeños, porque “no dan nada por supuesto”. Los ­niños no creen ni dejan de creer en los milagros, porque para ellos todo es un milagro"

Si lo pensamos bien todo fue un milagro, que sobreviviéramos a nuestra infancia y que tantas veces, como hoy, hayamos acudido a ella.

El dramaturgo británico Tom Stoppard, guionista de la película “Shakespeare in love” decía: “Si llevas tu infancia contigo, nunca envejecerás" y con esto sencillamente hacía referencia al niño que fuimos y que siempre ha estado dentro de nosotros.

sábado, 21 de marzo de 2020

INFANCIA EN LA ESCUELA


 La infancia fue la época de los comienzos, de las primeras experiencias, de las alegrías, tristezas y emociones de la preadolescencia. Es curioso que el origen de la palabra adolescencia provenga del verbo adolecer y su relación con las cosas de las que carecemos o adolecemos. Por supuesto, en aquel momento carecíamos de experiencia, de sentido común y muchas veces nos comportábamos como verdaderos trogloditas, pero en cambio éramos capaces de respetar a las personas mayores, de superar nuestros miedos, de enfrentarnos unos a otros y quedar como amigos. Jugábamos con la tierra, con fuego, con hierros oxidados, bebíamos de la manguera, teníamos más heridas y chichones que los soldados de Vietnam, no íbamos al psicólogo ni al logopeda y a pesar de todo sobrevivimos.


Nosotros no lo sabíamos, pero a medida que pasaban los días, se iba formando nuestro carácter y muchas cosas que vivimos entonces, nos acompañaron el resto de nuestra vida. A pesar del tiempo que ha transcurrido, algunos recuerdos se han hecho imborrables y se han adherido al tejido de nuestra memoria.

           Durante un período de ocho años, asistimos al Colegio de La Seda, en El Prat de Llobregat y finalizamos la Educación General Básica en 1978. Esta fue una etapa decisiva en la que compartimos muchas experiencias  vitales con otros niños como nosotros. Hoy esos niños tienen más de cincuenta años y parece que lo único que ha pasado es tiempo.
Este blog nació como un intento de volver a reunirnos, de compartir entrañables recuerdos y de cuidar los detalles sobre nuestra historia. ¿Qué supuso para nosotros vivir esa experiencia? ¿Qué cambiaríamos si pudiéramos regresar?

Se define como un legado cultural el conjunto de valores, recuerdos, o testimonios que transmitimos a las siguientes generaciones, lo que vivimos a principios de los setenta podría ser hoy ese legado.

                 Deseamos que este blog sea una herramienta de participación en la que podemos interactuar con nuestros comentarios, archivos, fotografías y elementos de una época tan auténtica y real como la actual. Lamentablemente algunos profesores y alumnos no nos acompañarán en este viaje, que este BLOG sirva también como homenaje para todos ellos.


viernes, 20 de marzo de 2020

NO TENÍAMOS WHATSAPP



Este grupo tiene la misma antigüedad que todos nosotros, no existía WhatsApp, ni Wifi ni Instagram pero éramos felices con cosas increíblemente sencillas como un sobre MontaPlex de 5 pesetas. 
Es difícil mantener una relación de amistad durante tantos años, seguramente que todos nosotros tenemos diferentes opiniones sobre la vida, algunas de ellas incluso encontradas, pero si hemos llegado hasta aquí no ha sido por escarbar en nuestras diferencias, sino por compartir lo que nos une. En este caso nuestro pasado durante ocho años de nuestra vida. 



sábado, 18 de mayo de 2013

POBLADO INDIO COMANSI



Quizá todavía influenciado por las películas del Oeste que emitían en televisión los sábado por la tarde, de niño siempre me gustaba jugar en el suelo, recuerdo bien mi pequeño ejército de indios americanos escabulléndose del 7º de caballería entre la cesta de la compra y el tambor de detergente que usaba mi madre para la  lavadora.
El contacto con el suelo era refrescantemente creativo y auténtico. Desde esa perspectiva me sentía como un superviviente al humo de un incendio. A esa altura, todo lo que ocurría a mi alrededor, ni siquiera me rozaba. 


Un día miré hacia arriba y me convertí en adulto, o al menos eso era lo que yo creía, porque no pude evitar emocionarme al ver de nuevo los juguetes COMANSI y su poblado indio en una tienda de coleccionistas. Esos establecimientos que en realidad lo que venden es alimento para la nostalgia.

Cerré los ojos al acercarme uno de esos muñecos a la nariz para comprobar si olía igual que en mis recuerdos, para respirar de nuevo toda la emocionante aventura y aquellos evocadores momentos de mi infancia.




miércoles, 24 de agosto de 2011

ALUMNOS DE OTRO SIGLO


Cuando concluyó la dictadura, muchas personas se sentían perplejas y confundidas, aún no se sabía muy bien qué futuro nos esperaría, no solamente en un sentido amplio sobre: política, economía, bienestar o derechos y libertades, sino que, esa incertidumbre afectaría a todos los estratos de la sociedad hasta llegar a su núcleo: la familia o las sencillas vidas de una familia.

Éramos niños y no sabíamos nada sobre muchas cosas que ni siquiera nuestros padres nos podían explicar, pero había algo evidente; los tiempos estaban cambiando. No es que fuesen absolutamente mejores, pero sí distintos. En cierto modo, algunos conceptos habían cambiado profundamente, uno de ello fue el sentido de conformidad. ¿Por qué conformarse con cosas sencillas pudiendo adquirir muchas otras comodidades o artículos novedosos que podrían hacernos la vida más agradable?
Habíamos descubierto la cultura del consumismo y la revolución industrial lo haría posible. Todo lo que venía de fuera resultaba atractivo, desde una exprimidora de naranjas hasta un nuevo vehículo fabricado en Francia al que llamaban Tiburón. Nuevas tecnologías y aparatos modernos, que la publicidad y los anuncios televisivos ofrecerían como indispensables. Se acuñaron algunas extrañas palabras –anglicismos- en nuestro lenguaje tradicional: “Long Play”, “High quality”, “Power, Stand bye, Recording”  “High Fidelity”, “

martes, 26 de abril de 2011

NORMAN ROCKWELL


Siempre he sido un apasionado de los cuadros y gráficos de Norman Rockwell [1894 - 1978].
Ver el Norman Rockwell Museum de Stockbridge. Massachusette.

Aunque su  dilatada obra es muy prolífica, desde hace mucho tiempo he admirado su visión sobre la infancia -que en cierto modo es de lo que trata este blog, de cómo vivimos la nuestra-, en sus carteles publicitarios, portadas de revistas o cuadros, Norman supo captar cientos de sencillos giños cotidianos extraidos del diminuto tiempo al que llamamos niñez.

jueves, 7 de abril de 2011

ENTIERRO DE LA SARDINA

De todas las tradiciones de aquella época, probablemente ésta sea una de las que todavía provocan en mi, la callada sonrisa de los recuerdos.

Tradiciones de la época.

Después de la popular fiesta del carnaval y aproximadamente un mes antes de la semana santa, se celebra todavía en muchos lugares de España el “día de la sardina”. Normalmente esta antigua tradición se practica el miércoles de ceniza, justo al inicio de la cuaresma [40 días antes de semana santa].

Durante nuestra infancia en el colegio era muy común que ese día los chicos llevaran una sardina con faldilla roja y colgada de un nylon sujeto a una caña para posteriormente ser enterrada en algún rincón del patio. Recordemos que por aquel entonces, el suelo era de tierra. Es decir, debajo del actual asfalto del campo de fútbol, hay un verdadero cementerio de sardinas.
Los significados de esta celebración católica se hayan salpicados de mitos y contradicciones. Por un lado se niega comer carne –a no ser que se pague un precio, una bula, para obtener el permiso eclesiástico- y por otra parte el símbolo pagano Carne-Vale se transforma en una respuesta en contra de esa misma prohibición, pero transcendiendo de la comida hasta otras connotaciones más bien sexuales.
Todo esto puede parecer una barbaridad, pero toda la información está disponible en las bibliotecas o en Internet. En cualquier caso a casi nadie le importa el origen de una celebración con tal de disfrutar de un día de fiesta.
En los años setenta, el día de la tortilla, el entierro de la sardina o los huevos de pascua eran para cualquier niño una gran fiesta que comenzaba con una estampida al salir de clase y que proseguía con algunas salidas familiares al campo para comer y dormir la mona. En aquel entonces, a la sardina, en su último día y despedida de este mundo se le vestía con una faldilla de tul.
Se cree que esta celebración se remonta a los días de Carlos III, quien era un devoto conservador de las tradiciones religiosas. El monarca promovió una fiesta el día de ceniza para guardar la práctica de no comer carne obsequiando al populacho con pan, vino y sardinas. No se conocen muy bien los detalles, pero sí se sabe que el pescado estaba en tan mal estado que tuvo que ser enterrado. El funeral, al coincidir con el carnaval, se convirtió en una parodia repleta de alegorías mitológicas, burlescas y sensuales.
Un cuadro de Goya titulado precisamente “El Entierro de la Sardina” representa todos los grotescos elementos de aquella antigua fiesta.

Cuadro de Francisco de Goya 1812 -1819
Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid, España
Óleo sobre tabla. 82,5 x 62 cm.
Imagen del cuadro
Exposición en el Museo del Prado "Goya en tiempos de guerra"
).

jueves, 31 de marzo de 2011

CORDILLERAS DE PLASTILINA


Durante la clase de Geografía –que también era de historia- confeccionábamos sobre una fina plancha de madera todas las montañas, valles, mesetas y cordilleras de la Península Ibérica. Los materiales que empleábamos eran la plastilina, la cual moldeábamos con los dedos hasta dar forma a la cordillera cantábrica, el Teide o el naranjo de Bulnes, todo ello a una escala que no superaba la regla de veinte centímetros.
Sobre estas protuberancias geológicas de colores colocábamos un banderín con el nombre de cada lugar ensartado en un alfiler.
Los mapas que se adjuntan son de una enciclopedia escolar del año 1954 y en ellos se pueden observar cambios notables en algunos nombres, por ejemplo al país vasco se le llamaba Las Vascongadas.
Todos los nombres de ríos, cordilleras y mesetas se aprendían igual que la tabla de multiplicar, cantando. La canción era como un rezo de rosario, un sainete repetitivo que podía escucharse al pasar en ese momento cerca de la ventana de las primeras aulas.

Es posible que algún joven de ahora se pregunte para qué servía aprenderse de memoria todos esos nombres, pero quizá podríamos preguntarnos para qué sirve aprendernos de memoria los nombres de los jugadores de fútbol. En los años cincuenta la delantera del Futbol Club Barcelona estaba formada por: Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón, este quinteto fue el responsable del triunfo de las cinco copas, La Liga, La Copa, La Copa Latina, Eva Duarte y Martini Rossi.
Se ha de ser un poco friki para acordarse de todo esto ahora, yo mismo lo he consultado en la página web del Barça, los jugadores van y vienen, algunos se recuerdan y otros se olvidan, en cambio, los ríos y cordilleras todavía están ahí y seguirán estando después de nosotros. ¿Qué daño puede hacernos un poco de cultura? Siempre he tenido curiosidad por el nombre de las cosas, por el origen de los nombres y lo que sugieren cada uno de sus significados.
¿Por qué se llama río Llobregat?
Una de las explicaciones etimológicas más interesantes proviene de su paso entre la oscuridad de los bosques desde su nacimiento en castellar de n´Hug, hasta el delta y casi finalizar sobre el estanque del Remolar [El estanque del Rémol “Rodaballo”] de la oscuridad de su cauce se deriva el término latín antiguo, Lóbrego en catalán Llòbrec o fosc] Llobrecat- Llobregat.

lunes, 21 de marzo de 2011

GIMNASIA SUECA

Después se le llamó educación física, clase de gimnasia e incluso mucho tiempo después Psicomotricidad, una palabra que más bien parecía un arma arrojadiza.
Cuentan los estudiosos que a mediados de los años cincuenta, la población sueca media tenía deficiencias de salud debido a cierto estilo de vida sedentaria. Los educadores físicos y algunos fisioterapeutas idearon un patrón de ejercicios que se realizaban siguiendo una secuencia de estiramientos, flexiones o saltos. El maestro Ling de Estocolmo, ideó una serie de ejercicios o rutinas que todo el mundo podía practicar y que podría fortalecer la elasticidad de los músculos y evitar la flacidez o incluso la obesidad.

Plinton



Para hacernos una idea, podemos pensar en una especie de Tai Chi o clase moderna de Fitness, pero con ejercicios más repetitivos y singulares.

Visto desde cierta distancia parecía la clase de adiestramiento de los Marines americanos a toque de pito y en silencio. Lo más divertido era cómo el maestro ejemplificaba primero el ejercicio y la rabieta cuando inconsciente o deliberadamente no lo hacíamos bien.

Fragmento de un escrito publicado en La vanguardia el 11 de febrero de 1959:

HACER GIMNASIA
“ En los colegios de mi infancia, la clase de gimnasia que se tomaba muy en serio por los profesores, solía tomarse a broma por los alumnos.  Recuerdo aquellos patios de mi niñez con los muchachos haciendo gimnasia al compás de un silbato. Se hacía, sí, gimnasia y se hacía también el ganso…,


Libro de la época sobre los ejercicios de Gimnasia Sueca



El uniforme

Todos debíamos vestir igual: camiseta blanca de tirantes, pantalones azules de algodón, calcetines blancos –a ser posible- y zapatillas de loneta azules. Debo reconocer que siempre me sentí ridículo con esa indumentaria.

Los ejercicios

Primero de todo; estiramientos y calentamiento, quizá unas vueltas a la pista de basquet, después gimnasia sueca y finalmente los saltos.

Potro

Para los saltos se empleaban los siguientes complementos: el potro y el Plinton, este último era algo más alto y largo que el anterior. Había que correr desde cierta distancia y avanzar hasta él con ímpetu hasta rodar sobre su lomo en una pirueta que toscamente llamábamos voltereta. Al otro lado nos esperaba una mullida colchoneta azul o el suelo en el peor de los casos. Para que el salto se realizara con más impulso se colocaba una pequeña plataforma de muelles, que al pisarla salíamos lanzados.
Otro ejercicio muy popular era el ascenso en cuerda. Se trataba de una soga de unos cinco o seis metros lisa y sin nudos que uno debía subir a pulso o empujándose con los empeines de los pies, lo que decía, el cuerpo de marines.
Uno de los chicos se dejó deslizar agotado por el ascenso y se despellejó literalmente las palmas de las manos. ¡Qué lejos quedaban todavía las nintendo, wii o play station!. Entonces todo se hacía a pelo, sin florituras ni protecciones. Aunque algunos mudaran la piel de las manos varias veces en el mismo curso o siempre le sangraran las rodillas, debo decir que a pesar del odioso maestro Ling, todos sobrevivimos a las clases de gimnasia.



domingo, 13 de marzo de 2011

VISITA al COLEGIO



Hacía mucho tiempo que no visitaba nuestra escuela, cuando el tren pasaba por delante (la estación  aún no era subterránea), de camino a Barcelona, me embargaba una dulce nostalgia. Así es que esta vez, las circunstancias  propicias y algo de determinación me empujaron a subir aquellas escaleras.
Volver al colegio era como recorrer una larga distancia, adentrarse en una incierta máquina del tiempo.
Me hizo sentir como Michael. J. Fox en Regreso al futuro solo que en la foto de Doc Emmet Brown estábamos yo y un profesor de mi escuela.






Había pasado mucho tiempo y de alguna forma el capricho de la memoria me condujo a no recordar lo que había comido el día antes, pero sí a retener con todo detalle el olor de mi pupitre, de los lápices recién afilados, de la tierra del patio con las primeras gotas de lluvia, de la plastilina y las ceras Dacs, recuerdo las voces al salir al patio, las conversaciones, las risas y las decepciones.


Me he preguntado muchas veces para qué sirven los recuerdos además de para ahogarnos en la melancolía y he llegado a la firme conclusión de que no sirven para nada de lo que pensamos que servirían y en cambio, todo lo que somos se lo debemos a ellos, a nuestros recuerdos: lo que escribimos, esculpimos, pintamos o compusimos siempre fue sobre lo que en el pasado hizo de nosotros la vida y una buena parte de nuestra infancia.


Por ello cuando alguna vez he vuelto al colegio me he sentido como Marty McFly a bordo de un DeLorean de plutonio que milagrosamente me ha transportado a mi sencilla vida de niño distraído, asustadizo y sobre todo imaginativo.





miércoles, 9 de marzo de 2011

ANTIGUOS LIBROS

Desde el principio, la lectura formó parte de nuestro incipiente deseo de aventura, de saber y conocer cosas nuevas. Poco a poco, los primeros relatos breves fueron despertando en nosotros la voracidad de los libros.
He reunido aquí algunos de los cientos de títulos que recuerdo, a penas un puñado de ellos. Algunos cayeron fortuitamente en mis manos y a otros los perseguí hasta que fueron míos, pero de todos ellos guardo un lugar atesorado y nostálgico en el que mientras la luz se filtraba suavemente sobre los cojines de un mullido sofá yo abría las primeras hojas de un mundo lejano y confortable en el que me sumergía para nadar sobre 20.000 leguas de viaje submarino, viajar al centro de la tierra o encontrar el preciado tesoro de una isla desierta. 
No he encontrado nunca un mayor remanso de paz que el que descubrí entre las páginas de un libro.

Julio Verne ed. 1986
Calderón de la Barca ed.1955
año 1981. Las lecturas ya eran más extensas y en ocasiones especializadas


El Increíble Hombre Menguante ed. 1956
Bill Barnes 1934
El Escarabajo Sagrado ed. 1947
La Isla del Tesoro ed. 1954
Tom Sawyer ed. 1945
Robinson Crusoe ed. 1914
Anotaciones del profesor




Ver también Enid Blyton (Spanish)  Enid Blyton (English)
Hergé (Tintín) Pipi Calzaslargas -Inger Nilson-(Astrid Lindgren)



A finales de los años 70, incluso mucho tiempo antes, los trabajadores de La Seda -y también sus hijos- podían disponer de una biblioteca privada situada en las calles adyacentes a la fábrica Rayon. El horario en 1979 era 12:00 a 13:00h los martes y los jueves, con servicio de préstamo y regentada, si la memoria no me falla por el Sr. Lladó.








martes, 8 de marzo de 2011

LA BATA

Cualquier otra cosa se podía manchar menos la ropa, por ello era tan importante la protección de una bata. Hoy se habla de crisis, pero entonces ensuciar o romper la ropa  era una verdadera tragedia. Por ejemplo ir con un descosido o un zurcido era motivo de burlas, hoy, en cambio la ropa de moda es la que se vende con desgarrones y cosidos.

Entonces daba igual que alguien llevara ese día un jersey rojo o azul, la bata nos hacía iguales.
Aún no existían las bambas, apenas las zapatillas de loneta y muchos de nosotros íbamos con zapatos al colegio o botas del tipo Chiruca. 
Recuerdo que debíamos tener mucho cuidado al jugar a fútbol con este calzado, porque más de una vez lo que llegaba primero a la portería era el zapato en lugar de la pelota.





Un niño se rompió las gafas en cuarto y las llevó reparadas con celo hasta séptimo curso. En aquellos tiempos no es que las cosas fueran más caras, sino que los sueldos eran mucho más bajos, todo costaba un mayor esfuerzo y había que cuidarlo con esmero para evitar el desgaste prematuro. 

Anuncio del HIPER en 1978
SEARS Ofertas, jueves 5 de noviembre de 1970
La Vanguardia, domingo 7 de septiembre de 1969





En 1969, Almacenes CAPITOLIO vendía las batas de colegial a 182 pesetas, cuarenta y dos años después y teniendo en cuenta la carestía de la vida, la crisis del textil y el precio del petróleo, serían hoy unos 68€, [11.314pts]. No está mal, ¿verdad?





domingo, 20 de febrero de 2011

LA PALMERA DEL PATIO


octubre de 1981
Durante los años setenta, la única parte cimentada del patio era la pista de baloncesto. En aquella época el suelo de tierra, elevaba una abundante nube de polvo durante los partidos de fútbol. Junto a la pista se erguía una palmera centenaria, durante la época de los frutos, toda la pista se llenaba de dátiles y uno de los castigos más tediosos como recompensa a nuestras travesuras consistía en barrer todos los resbaladizos dátiles hasta que no quedara ni uno. Puedo decir que yo también llené varios cubos.

Justo debajo de la palmera había una protección sombreada donde se situaba el entrenador del equipo femenino de la Terlenka, era el padre de Espuny, un compañero de clase. 

Después de tantos y largos años, la palmera había logrado superar la altura del propio edificio y albergar una considerable cantidad de aves que cada año nidificaban bajo la protección de sus frondas. 
La palmera estaba antes que nosotros y cuando nos fuimos, ella continuó allí como testigo inamovible de nuestros juegos infantiles.
El nombre botánico de esta variedad es el de Phoenix Canariensis. No recuerdo que nadie la regara nunca, pero sus poderosas raíces encontraron agua aunque tuviesen que recorrer todo el patio.
Parece que algún pájaro había llevado en su pico las semillas de una higuera, porque un buen día, sorprendentemente había comenzado a crecer un árbol sujeto a su tronco. Por esta misma corteza trepaba una hiedra que recuerdo que el masovero del colegio tuvo que cortar para que respirara.
En mi vida he visto y plantado muchas palmeras, pero debo confesar que todas me recordaron siempre a la Palmera del Patio.


Esta imagen corresponde a noviembre de 1983, hace algunos años. A mi izquierda se puede observar la base de la palmera con su tronco recubierto de hiedras. En muchas ocasiones estas trepadoras acaban ahogando la planta que las sustenta.


La palmera fue renovada hace algunos años.
Imagen tomada el 03/03/2011




jueves, 17 de febrero de 2011

ANIVERSARIO


Imagen de la entrada




El pasado mes de junio de 2010 se celebró el 50 aniversario del Colegio La Seda de Barcelona.
En el monográfico de 16 páginas titulado: EL GUSI, el Sr. Josep Gascón [profesor de tercer curso de ESO] escribía unas frases introductorias sobre la escuela.







"El día 15 de septiembre de 1959 fue el primer día en el que un grupo de alumnos entró en esta casa y la convirtió en una escuela"

Después de un breve repunte histórico sobre los orígenes de Can Rossend [Torre Rosendo] y su evolución hasta convertirse en escuela, concluye su introducción:

"La historia de la escuela es la de todos los que hemos dedicado años de nuestra vida a relacionarnos con ella: maestros, alumnos y padres. Es la de centenares, miles de vivencias personales y compartidas. Todos nosotros llevamos dentro mil y una experiencias que podemos evocar y que tienen a nuestra escuela como marco. Es una historia vivida.
¿Cómo relatar tanta riqueza?
Si queréis saber la historia de la escuela, mirad dentro de vosotros, examinar vuestro corazón y encontraréis que el colegio forma parte inseparable de vuestra vida y esta es la historia que cuenta"

Niños corriendo, imagen de 2001


1981




Este pasillo conducía a las clases



Me habría encantado acudir a este momento tan entrañable -después de 50 años- pero al menos he podido pasar hoy por allí para recoger la revista de junio. Cuando subía aquellas mismas escaleras de mi infancia y he apoyado la mano sobre las piedras de la balaustrada he necesitado por un instante cerrar los ojos para oler las batas, los lápices de colores, las golosinas y las libretas. En seguida se han hecho las tres y se había llenado todo de niños, la hora de entrar en clase, detrás de mí oía reír a mis compañeros y conversar animadamente a los profesores. Por un instante pensé que había retrocedido en el tiempo, pero la verdad es que yo estaba en este 18 de febrero de 2011, pero mi corazón se había quedado a mediados de los setenta.
Se oían niños, pero eran los de hoy, e inevitablemente he despertado de mi retrosalto al pasado. Uno de los niños me ha preguntado quien era, estaba con otro amiguito:
- ¿es usted un profesor nuevo?. por unos momentos no he sabido qué decir, pero finalmente le he respondido:
-No, soy otro alumno como tú. Pero yo estuve aquí donde tu estás ahora, delante de esta puerta, hace más de treinta años, y sabes una cosa antes solo había cuatro profesores para todo el colegio.

La cara del niño ha sido indescriptible, parecía que había presenciado un fenómeno polstergeits , pero luego ha sonreído sin creer ni una palabra de lo que le había dicho. Si hubiese tenido dos minutos más se lo habría explicado todo. En cambio, al observar la portada de mi revista de El Gusi, he comprobado para mi sorpresa y satisfacción, que el actual director del colegio es nada menos que un alumno, José Manuel Fernández Silva. El primer casette de los Beatles que escuché, me lo prestó su hermano, que iba a mi clase, Fernández era el chico con mejores notas de la clase y muchos de nosotros le admirábamos. Hoy me he sentido orgulloso de él.


TRANSLATE