Marc Levy es el autor más leído en Francia.
En 2008 escribió su octavo libro “Las cosas que no nos dijimos” —editorial Planeta 2009— y pronto es traducido a más de
cuarenta idiomas. La obra de Levy fue adaptada a guión cinematográfico almenos en tres ocasiones.
En la biografía de sus comienzos, Levy es un
socorrista de la Cruz Roja que ama la literatura y que poco después crea su
propia empresa especializada en imagen digital y nueve años después regresa a
París para abrir un despacho de arquitectura. Fue en ese momento cuando decide
escribir una narración para su hijo. Ese primer contacto con la página en
blanco fue el detonante y en el año 2000 publica su primer libro con un
resultado fulminante, convirtiéndose en un bestseller que le catapultaría al oficio
de escritor.
En “Las cosas que no nos dijimos” Levy
explora eso que algunos han llamado hasta la saciedad:”falta de comunicación”.
"Cuatro días antes de su boda, Julia recibe una llamada del secretario personal de Anthony Walsh. Walsh es un brillante hombre de negocios, pero siempre ha sido para Julia un padre ausente, y ahora lleva más de un año sin verle. Como julia imaginaba, no podrá asistir a la boda. Pero esta vez tiene una excusa incontestable: ha muerto.Al día siguiente del entierro, Julia recibe un extraño paquete y descubre que su padre le ha reservado una última sorpresa. Gracias a ella, Julia se embarcará en el viaje más extraordinario de su vida. Un viaje que le llevará a descubrir un pasado inesperado y le permitirá conocer a ese hombre que fue su padre, con el que habían quedado tantas cosas por decirse".
Si lo pensamos bien, descubriremos que
nuestras vidas están repletas de silencios, cuando en realidad deberíamos haber
dicho algo. Decir a alguien que le queremos, o que apreciamos su amistad, dar
las gracias como una muestra sencilla de afecto, regalar una sonrisa, un beso
acompañado de unas palabras sencillas y al mismo tiempo inolvidables…, las
oportunidades se desdibujan como nuestros recuerdos en multitud de
oportunidades para decir algo que era necesario o vital, pero que en ese
momento simplemente nos quedamos mudos.
—¿Sabes?, había otras casas aquí.
Las fachadas eran decrépitas, no tenían muy buen aspecto, pero por dentro eran
acogedoras, era…
—La memoria es una artista
extraña, redibuja los colores de la vida, borra lo mediocre y sólo conserva los
trazos más hermosos, las curvas más conmovedoras.
Página 227
En este blog del colegio, sobre algunos de nuestros
primeros recuerdos, se han incluido como retazos de nuestra memoria, algunos
episodios de nuestra infancia. Sin renunciar a lo que somos hoy, que siempre es
la consecuencia de lo que fuimos antes, lo cierto es que muchas cosas se
quedaron en el tintero, cosas que no nos dijimos, pero que después de
reencontrarnos de nuevo y gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación,
ya forman parte de nuestro presente.
Habíamos vivido muchas experiencias en estos
últimos cincuenta años, pero ¿quién nos iba a decir que viviríamos un
confinamiento en nuestras casas a consecuencia de un mortífero virus?. Como en
películas futuristas del estilo de “Soy leyenda”, las calles han quedado
desiertas, la hierba crece en el asfalto y los animales del bosque se aventuran
a visitar nuestros barrios. Una imagen inédita que nos confirma lo frágiles que
son nuestras rutinas, porque éstas pueden cambiar inesperadamente.
El blog de Alumnos La SEDA 1978 es de nuevo
una oportunidad de conversar, recuperar nuestros mejores recuerdos y la cara amable de
todo aquello que no nos dijimos.
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