sábado, 21 de marzo de 2020

UN DÍA EN EL PRAT



Al pasear pasear por las calles y parques de El Prat, es difícil no tropezar con alguno de nuestros viejos recuerdos, es cierto que el progreso y el crecimiento de la ciudad son necesarios, pero en ocasiones desdibuja inevitablemente su propio encanto.

Centro ARTESANO
El Artesano. Imágen de 2003
El Centro ARTESANO había sido una de las salas de cine de El Prat. En los últimos años a sufrido la erosión del tiempo y la amenaza de nuevos trazados urbanísticos que casi lo hacen desaparecer.

Avd. Verge de Montserrat
Avenida Montserrat. Imagen de 2003



La Avenida Virgen de Montserrat fue desde sus inicios una de las principales arterias de la ciudad. Era el lugar donde pasé mi infancia y adolescencia, concrétamente en el número 135, junto a la tienda de fotos y la boutique Sendra.

A pocos metros de allí había una ferretería  llamada Cunillera, después se trasladó a la calle de atrás. En la misma acera había una guardería, un colmado y una papelería llamada Boquera donde despachaba una jovencísima Lydia Bosch.

Carrer Major
Calle Mayor. Imagen de 2004
La calle mayor conducía a la mayoría de nosotros hasta el colegio. En el Portal de una vieja casa había una vitrina con las cartelera de cine del fin de semana en alguno de los cines de la época: El Cine Moderno, El Artesano, El Montmari (cine de verano) y El Capri. De estos últimos solo ha sobrevivido desde diciembre de 1967 El Cine Capri

Mercat Municipal
El antiguo Mercado Municipal. Imagen de 2004
El Mercado Municipal guarda el sabor de las construcciones modernistas de antes. Con una larga historia, es probablemente un de los lugares más visitados por los ciudadanos de El Prat de principios del siglo XX. Podemos encontrar información sobre su historia en Mercat Municipal.
Recuerdo las jaulas de gallinas en la puerta y el trasiego de ir venir de los payeses con los productos de la tierra.


El Casal Municipal de Cultura
El Casal de Cultura. Imagen de 2003
Integrado en mi propio barrio, el casal ofrecía un espacio lúdico para infinidad de eventos de toda naturaleza, especialmente culturales, había un parque para niños en el que jugábamos a las canicas y una pequeña cancha de baloncesto que disfrutábamos hasta que se nos hacía de noche.


Aiguamolls de El Prat
Humedales. Estanque de La Ricarda y Buñola. Imagen de 2004
Vinculado a los espacios naturales del Delta del Llobregat, los humedales han dado cobijo a miles de especies, en su mayoría aves que anidan aquí en las estaciones cálidas. Dada su proximidad con el Aeropuerto, en sus orígenes, el Campo de la Aviación, los humedales siempre han sufrido la implacable y voraz ampliación de instalaciones y pistas de aterrizaje. Cuando apenas surcaba el cielo ningún avión, una de las primeras escuelas de pilotos adoptó el nombre de La Volatería debido a que cada vez que rujía el motor de uno de aquellos artefactos, miles de aves remontaban el vuelo.
Sobre la historia y etimología de El Remolar se recomienda leer la novela: "Mandarinas de Papel". O si lo que deseas es adentrarte en la historia y ver algunas imágenes de época, visita la página del historiador Alex Domingo Monés, un buen amigo y colaborador.

Las casas de la SEDA
Las casas de La SEDA. Imagen de 2005
Se ha escrito mucho sobre las casas de La Seda, pero básicamente y siguiendo las costumbres y diseño de la época, estas fueron las viviendas de los primeros trabajadores de las fábricas del textil del grupo ENKA: Terlenka, Enka, Enkalene, Enkaswing, Crilenka y Rayón. No sé si me dejo alguna. Me contaron los trabajadores de la sección Maceración - Molturación de la fábrica Rayón que alguna de ella tuvo una vida muy corta. Enkaswing fracasó cuando en Venezuela obtuvieron una fibra más resistente y menos costosa llamada Nylon. Desmontaron todas las naves y vendieron la maquinaria pesada a precio de chatarra para no perjudicarse con la competencia. Sobre las casas de La Seda, ver la entrada sobre su inauguración.

Parque Municipal Fondo d'en Peixo
Parque Municipal. Imágen de 2003
Todos los niños del pueblo jugábamos, o lo habíamos hecho alguna vez en este parque, acompañados de nuestros abuelos. Era una amplia zona verde delimitada por setos de Ciprés y vigilada por el guardia del parque. Disponíamos de columpios, toboganes y otros elementos de disfrute como un pequeño bosque de castaños que ocultaba una caseta de tebeos que se prestaban los sábados por la mañana. En este lugar leí todos los tebeos que pude del gato Pumby, el Jabato y el Capitán Trueno.
Al cruzar una puerta se podía acceder al campo de fútbol y la cancha de baloncesto. El señor que cuidaba del campo se llamaba Pou y le faltaba un ojo, pero con el que le quedaba vigilaba a toda la chiquillería para que no hiciéramos de las nuestras.

Humedales y Aeropuerto
Torre del Aeropuerto. Imagen de 2004
De nuevo los humedales y el Aeropuerto, tan presentes en la vida de los pratenses. Una enconada polémica a principio de 2020 sobre lo conveniente o no de construir una tercera pista, había enervado toda la opinión pública y las redes sociales hasta que llegó la devastadora pandemia Covid-19 o Coronavirus y acaparó toda la atención internacional sobre cómo luchar contra esta nueva amenaza. Paradójicamente la casi paralización de la actividad aérea favoreció la convivencia y propagación de muchas aves que creíamos extintas, com el gorrión común y la pureza del aire.

Torre Muntadas
Torre Muntadas. Imagen de 2014
En este lugar acudí por primera vez a una biblioteca y descubrí a personajes tan entrañables como todos los de Enid Blyton o el propio Tintín.
Después se convirtió en una galería de arte en la que también expuso sus cuadros nuestro añorado profesor Ballarín. 
En estos momentos es un Centro de Arte y todavía conserva en la buhardilla al grupo de teatro Kaddish.
Para visitar las instalaciones y conocer su historia, hacer clic aquí: Centro de Arte Torre Muntadas.



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