sábado, 21 de marzo de 2020

UN DÍA EN EL PRAT



Al pasear pasear por las calles y parques de El Prat, es difícil no tropezar con alguno de nuestros viejos recuerdos, es cierto que el progreso y el crecimiento de la ciudad son necesarios, pero en ocasiones desdibuja inevitablemente su propio encanto.

Centro ARTESANO
El Artesano. Imágen de 2003
El Centro ARTESANO había sido una de las salas de cine de El Prat. En los últimos años a sufrido la erosión del tiempo y la amenaza de nuevos trazados urbanísticos que casi lo hacen desaparecer.

Avd. Verge de Montserrat
Avenida Montserrat. Imagen de 2003


INFANCIA EN LA ESCUELA


 La infancia fue la época de los comienzos, de las primeras experiencias, de las alegrías, tristezas y emociones de la preadolescencia. Es curioso que el origen de la palabra adolescencia provenga del verbo adolecer y su relación con las cosas de las que carecemos o adolecemos. Por supuesto, en aquel momento carecíamos de experiencia, de sentido común y muchas veces nos comportábamos como verdaderos trogloditas, pero en cambio éramos capaces de respetar a las personas mayores, de superar nuestros miedos, de enfrentarnos unos a otros y quedar como amigos. Jugábamos con la tierra, con fuego, con hierros oxidados, bebíamos de la manguera, teníamos más heridas y chichones que los soldados de Vietnam, no íbamos al psicólogo ni al logopeda y a pesar de todo sobrevivimos.


Nosotros no lo sabíamos, pero a medida que pasaban los días, se iba formando nuestro carácter y muchas cosas que vivimos entonces, nos acompañaron el resto de nuestra vida. A pesar del tiempo que ha transcurrido, algunos recuerdos se han hecho imborrables y se han adherido al tejido de nuestra memoria.

           Durante un período de ocho años, asistimos al Colegio de La Seda, en El Prat de Llobregat y finalizamos la Educación General Básica en 1978. Esta fue una etapa decisiva en la que compartimos muchas experiencias  vitales con otros niños como nosotros. Hoy esos niños tienen más de cincuenta años y parece que lo único que ha pasado es tiempo.
Este blog nació como un intento de volver a reunirnos, de compartir entrañables recuerdos y de cuidar los detalles sobre nuestra historia. ¿Qué supuso para nosotros vivir esa experiencia? ¿Qué cambiaríamos si pudiéramos regresar?

Se define como un legado cultural el conjunto de valores, recuerdos, o testimonios que transmitimos a las siguientes generaciones, lo que vivimos a principios de los setenta podría ser hoy ese legado.

                 Deseamos que este blog sea una herramienta de participación en la que podemos interactuar con nuestros comentarios, archivos, fotografías y elementos de una época tan auténtica y real como la actual. Lamentablemente algunos profesores y alumnos no nos acompañarán en este viaje, que este BLOG sirva también como homenaje para todos ellos.


REGRESO AL COLEGIO




ENTREVISTA al director del Colegio La SEDA


          En el año 1978 salimos del colegio con la quebradiza esperanza de que pronto encontraríamos trabajo y seríamos unos adultos de provecho. Atrás quedaba la pregunta sobre qué queríamos ser de mayores, para dar paso a una nueva realidad, el empleo escaseaba y para acceder a cualquier oferta laboral había que estar muy preparados. Fue en ese momento en que apareció una nueva fórmula, la Formación Profesional, en ocasiones menos costosa y larga que una carrera universitaria. En cualquier caso, la mayoría de nosotros optamos lo antes posible al primer empleo. 

Lanzando una mirada retrospectiva a nuestra dilatada vida laboral, seguramente que no siempre tuvimos elección o la oportunidad de realizar las tareas para las que nos sentíamos más preparados o que encajaban mejor en nuestras aptitudes y habilidades. ¿Qué habría pasado si hubiésemos tenido la vocación de ser educadores o profesores de escuela? 

           Con motivo del 60 aniversario de la escuela, hoy nos hemos reunido con José Manuel Fernández ex alumno del Colegio La SEDA y actual director de la escuela. José Manuel es por lo tanto un alumno que nunca dejó el colegio. José Manuel asistió como alumno del Colegio La SEDA desde 1968 hasta 1973, de manera que en algún momento compartimos la hora del patio. 

¿Cuáles son tus mejores recuerdos de aquella época? 

JOSE MANUEL: Aunque hoy en día los recuerdos de aquellos años se me antojan un tanto vagos e imprecisos, no puedo olvidar las manualidades que realizábamos entonces. Nada que ver con los ejercicios de Plástica de los libros de hoy en día. Eran verdaderas obras de arte: estaño, marquetería, arcilla, pirograbado... Ignoro de dónde sacábamos el tiempo para ello, pero era increíble. 


Alumnos 1959-60

¿Cómo nació en ti la voluntad de estudiar para ejercer como maestro? 

JOSE MANUEL: Mis pinitos como maestro comenzaron en casa, con 12 o 13 años, con mis hermanos. Asimismo, les di clases en el hospital a otros niños cuando estuve varios meses ingresado con 12 años por una operación. En BUP y en Magisterio también di clases particulares a algunos compañeros de clase. Supongo que ya me inclinaba por ese oficio. 

¿En qué momento surgió la posibilidad de regresar al colegio? 

JOSE MANUEL: Fue casual (o causal, según algunos). Comencé a trabajar en 1982 en Igualada y, como no tenía vehículo, quedaba con otro compañero en la Avda. Diagonal cada lunes para ir hacia allí. Un día me encontré con mi antiguo profesor en La Seda, el Sr, Quílez, al que le expliqué mi situación laboral. A finales del curso 1982-83 recibí una llamada de La Seda para valorar mi interés por entrar como profesor en el colegio. Acepté sin dudarlo: mi antigua escuela, mis ex profesores, la ciudad donde vivía... 


¿Qué cambios ha vivido el colegio en los últimos años? 

JOSE MANUEL: Diría que los más significativos son dos: la entrada de alumnas en el centro en 1981 y la ampliación del colegio para adaptarnos a la LOGSE, por la cual somos un centro que abarca Educación Infantil, Educación Primaria y Educación Secundaria. Este último supuso la transformación de la planta superior, donde vivía el conserje y su familia, en aulas. Asimismo se añadieron espacios nuevos, como una biblioteca.

viernes, 20 de marzo de 2020

NO TENÍAMOS WHATSAPP



Este grupo tiene la misma antigüedad que todos nosotros, no existía WhatsApp, ni Wifi ni Instagram pero éramos felices con cosas increíblemente sencillas como un sobre MontaPlex de 5 pesetas. 
Es difícil mantener una relación de amistad durante tantos años, seguramente que todos nosotros tenemos diferentes opiniones sobre la vida, algunas de ellas incluso encontradas, pero si hemos llegado hasta aquí no ha sido por escarbar en nuestras diferencias, sino por compartir lo que nos une. En este caso nuestro pasado durante ocho años de nuestra vida. 



domingo, 15 de marzo de 2020

SCOOBY-DOO Y NUESTROS MIEDOS INFANTILES




El mundo de la infancia se asocia muchas veces a nuestros primeros miedos, algunos llegaron espontáneamente como el miedo a la oscuridad, a los monstruos y fantasmas, pero otros fueron inducidos: “no hables con extraños" “no aceptes caramelos” “cuidado con el hombre del saco” “no subas, no saltes, no corras, no te alejes"… Los psicólogos modernos han escrito innumerables ensayos sobre lo que se conoce hoy como “la gestión del miedo", un estudio que inició el propio Sigmund Freud y que en muchos casos ha dado buenos resultados. En nuestra época no disponíamos de tanta información para resolver nuestros temores y entonces llegó Scooby-Do. 
Se trataba de un perro atolondrado y asustadizo que nos ayudó a reírnos de nuestros propios miedos y a verlos como divertidas ocasiones para dejar volar toda nuestra imaginación. 

En una entrevista de hace unos años, el director ejecutivo David Kleeman dijo: «En general, Scooby-Doo no solo es un programa diseñado para estimular las emociones y tensiones de los niños, sino que también crea suficientes risas como para hacerlo divertido sin preocuparlos o darles pesadillas». La longevidad y éxito de la serie se atribuye después de más de 40 años a la mezcla de tres géneros: la comedia, la aventura y el terror. 



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