El tiempo transcurre deprisa.
Hoy ha sido un día especial, algunos de nosotros no nos veíamos desde hacía, nada menos que, 37 años.
En todo este tiempo han pasado muchas cosas, algunas buenas y otras no tanto. A pesar del desgaste natural de los días, hemos sido capaces de reconocernos, y esto ha sido emocionante.
En este reencuentro,, hemos podido recordar anécdotas de la infancia, refrescar la memoria y hablar de aquellos que lamentablemente ya no volverán a estar entre nosotros. Cosas que ocurrieron en el patio, desavenencias con los profesores, los juegos típicos, nuestras añoradas aventuras.
Giner había olvidado el castigo por romper las gafas al Sr. Ballarín de un balonazo. ¿Cómo se llamaba la única profesora que tuvimos de inglés, quién rompió el plinton de un cabezazo. Estábamos todo el día en la calle, recibíamos correcciones a tortazos, llorábamos y nos peleábamos entre nosotros. Parece increíble que hayamos sobrevivido.
Baldufas, canicas, cromos, regalesia, hoy habríamos sido capaces de volver a compartir todo aquello que dejamos olvidado en nuestros pupitres.
Casualmente, un día como hoy, 20 de junio de 1978 terminábamos el colegio, un evento cultural y las nuevas tecnologías a través de un grupo de WhastApp nos ha vuelto a unir hoy en una inolvidable reunión de antiguos compañeros. Aún no lo sabíamos, pero nos habíamos echado mucho de menos.
Al finalizar el reencuentro no hemos abrazado en la promesa de que no esperaríamos otros 37 años para volver a vernos. Éramos 42 alumnos y todavía nos queda mucho trabajo para conectar con los que faltan. La próxima vez una comida.
Ha sido un hasta pronto...tenemos que volver a repetirlo, o como decía Espuny. "Chavales, un honor haber podido compartir este rato con vosotros"
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